En una jornada que celebró el deporte local, los Tucumanos fueron parte de la historia
previa a Buenos Aires 2018.
La antorcha que transporta el fuego sagrado de las Olimpiadas hizo parada en
Tucumán como parte de la tradicional gira por puntos específicos del país anfitrión. En
un acto precedido por el intendente Germán Alfaro que finalizó en el parque
Avellaneda, la jornada de hoy estuvo cargada de energía y amor al deporte.
El acto dio comienzo en el cruce entre las avenidas Mate de Luna y Ejército del Norte,
donde el primer relevo “tomó la posta” y empezó con el ritual. Este es Oscar Vargas,
deportista representante del pueblo Diaguita.
Varias personalidades y deportistas tuvieron el honor de acercar poco a poco el
símbolo olímpico hasta su destino.
Las presencias de Mónica Carmen Giménez, del deporte adaptado, Gustavo Medina,
cantante y compositor y Noelia Rodríguez, 16 veces ganadora del Trasmontaña de
mountain bike, no pasaron desapercibidas y fueron acompañadas por cantos, alientos
y sonrisas de los muchos convocados que querían acompañar a estos ídolos y con
quienes, como mínimo, querían compartir una selfie.
Otro representante que no se escapó de las cámaras fue Pandi, la mascota oficial de
los Juegos Olímpicos de la juventud que adornó la jornada con baile y buena onda con chicos y grandes. El afamado calor de la provincia no pudo con el yaguareté, que como
embajador de los Juegos, muestra esa actitud positiva a donde quiera que vaya.
El mundo del rugby fue representado por Tomás Vanni, que competirá en Buenos
Aires a partir del seis de octubre y Agostina Ruíz Campos, jugadora de Cardenales R.C.
y miembro del seleccionado mayor de rugby femenino. “Tienen que disfrutar, es algo
increíble”, dijo Agostina cuando le preguntaron por los chicos que representarán a
Argentina en la disciplina Rugby 7s.
El Rugby (en su formato de siete jugadores) es considerado disciplina olímpica desde
los juegos de Río de Janeiro en 2016 (había sido excluida en 1924), y Argentina tendrá
la oportunidad de dar la talla en esta edición con un seleccionado juvenil repleto de
talento.
La antorcha llegó a un escenario dispuesto frente al monumento al bicentenario en el
parque Avellaneda, donde varias bandas invitadas habían estado a cargo del
entretenimiento previo al arribo del símbolo.
El escenario se llenó de la vida y el espíritu de los que venían acompañando a la llama
olímpica, al paso de sus portadores que emulaban al mejor seleccionado con el que
podría contar Tucumán para su representación.
“Unidos por la llama” fue el grito al que se unieron todos los presentes para cerrar el
acto. Germán Alfaro había dedicado unas palabras señalando la importancia de creer
en el deporte y no rendirse.
Después del discurso del intendente, la llama se postró en su pedestal, abandonando
una vez más la antorcha para repetir el ciclo en otra locación del país.
La llama olímpica llegará a Buenos Aires el 6 de octubre, pero será muy difícil igualar el
calor con el que el espíritu olímpico se vivió en la cuna de la Nación.
Por: Valero, Pablo Facundo.

