El economista Eduardo Robinson explicó en qué consiste el ajuste tarifario
llevado adelante por el gobierno. También brindó detalles que ayudan a
comprender de forma más clara dicha medida, sus motivos y objetivos.
Esta política se está implementando básicamente a los servicios de agua,
transporte, gas y luz. Se realiza mediante la reducción gradual de los subsidios
a las tarifas de estos. Actualmente se subsidia entre un 30% y 35%, pero se
espera que para el próximo año baje casi en un 100%. El objetivo es reducir el
gasto público, destinado a cubrir estos subsidios y dar señales, tanto al
mercado nacional como internacional, que impulsen a las inversiones.

Desde el 2017, el gobierno aplicó la tarifa social para tratar que el efecto de
esta medida no se sienta tanto en los sectores más vulnerables de la sociedad.
Sin embargo, la clase media se ve muy afectada. Este sector fue el más
beneficiado en el pasado, sobre todo, teniendo en cuenta el consumo en la
zona núcleo del país (capital y CABA), particularmente en el caso del gas y la
energía eléctrica. Había un consumo desmedido y el precio de las tarifas era
muy bajo en comparación. Como resultado, dicho sector sufre con fuerza el
impacto del ajuste en este tiempo.
Lamentablemente, no se puede hacer mucho para disminuir el golpe que esta
dando esta política en el bolsillo de los argentinos. La mejor forma para hacerle
frente es cuidar el consumo de los servicios públicos en el hogar. Según
Robinson “a medida que pase el tiempo, este efecto será más llevadero y los
precios de las tarifas estarán más acordes a los salarios”.

De acuerdo al INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos), Tucumán
es una de las provincias con salarios más bajos en el sector privado. Esto
repercute en el poder adquisitivo, provocando que el impacto tarifario sea
mayor que en el resto de las provincias. Es vital que haya una mayor inversión
en las empresas distribuidoras para que la calidad de los servicios aumente y
se produzca una mejora salarial. Si no se realizan las inversiones estas
mejoras no podrán darse de forma real, es decir, que el poder de compra
quedará estancado.
En Argentina, especialmente en Tucumán, hay un déficit en materia de
inversiones. Desde que asumió el nuevo gobierno no aumentaron y esta falta
de incentivo al momento de invertir es lo que nos perjudica en el presente. De
acuerdo al economista “la inversión es un proceso, si no se lleva a cabo y
tampoco se corrigen los problemas de abastecimiento energético en Argentina,
la economía no podrá crecer”.

Los resultados del ajuste tarifario podrían verse, si hay inversiones a corto
plazo, en el sector energético. Además, hay señales positivas, como el caso del
yacimiento de vaca muerta, pero este tipo de inversiones necesita de un largo
proceso de madurez. Si comienza este año sus consecuencias podrían
observarse de aquí a cuatro. Más allá de esto, se deben comenzar a dar
muestras de corrección, de lo contrario, Argentina estará muy complicada en el
mediano plazo. Para conseguirlo es necesario que el próximo gobierno
continué con esta política, sin importar el signo político de quien asuma. De
esto depende el crecimiento económico de nuestro país.
Por: Julio Villamil

