#cuéntalo: porque “no todos son iguales”, pero a todas nos pasó

El hashtag comenzó por iniciativa de mujeres españolas en repudio a la falla, que
dictaminó la Audiencia Provincial de Navarra, en España, en la que condenaron a
nueve años de prisión a cinco hombres que violaron a una joven de 18 años.
El delito se cometió en julio del 2016, durante las fiestas de San Fermín. Cinco
hombres, quienes se autodenominaron ‘La Manada’, forzaron a la joven a tener sexo
con ellos. La violaron, afirman miles de españoles pero la Audiencia sentenció lo
contrario.

El 26 de abril de 2018 la justicia española resolvió que los cinco hombres no habían
violado a la joven, sólo la abusaron sexualmente; ya que “no hubo violencia ni
intimidación” durante el acto. Gracias a esa falla, ellos recibirían nueve años de prisión
mientras que la Fiscalía española pedía una condena por violación de, mínimo, 18
años.

Desde ese 26 de abril, por iniciativa de la periodista española Cristina Fallarás, cientos
de miles de historias de mujeres que sufrieron violaciones, acosos y abusos sexuales
inundaron, y continúan inundando, las redes sociales de España, América Latina e
incluso Estados Unidos con #cuéntalo.

Argentina se convirtió este martes en el país con más adhesiones a la campaña
#Cuéntalo, con 341.200 mensajes de 634.700. Aparecieron casos emblemáticos como
la violación y asesinato de Ángeles Rawson, de la tucumana Ana Ríos, de María de los
Ángeles Verón, Araceli Fulles, Candela Rodríguez, Anahí Benítez, entre otras. Muchos
de los tweets se escribieron en primera persona, pero contando historias de terceros,
en un intento de recordar a las que ya no están. Terminando con la frase “Lo cuento yo
porque ella no puede”.

A pesar de que el 70% de las historias fueron escritas por mujeres, los hombres
también se sumaron a la campaña. Algunos como víctimas y otros como familiares o
amigos de víctimas. La gigantesca repercusión de la campaña, junto a la cantidad de
historias, puso en evidencia que las violaciones y abusos no son hechos aislados
cometidos por “enfermos”, sino que forman parte de un patrón de comportamiento
avalado por el sistema jurídico y social.

La excusa de muchos, quienes afirman que “no todos los hombres son iguales”, pierde
sentido y se convierte en una afirmación sumamente obvia y peligrosamente apática.
No todos son iguales, eso está claro, el problema radica en que la mayoría de las
mujeres sufrieron algún tipo de abuso por parte de hombres; y muchas ni siquiera
sobrevivieron para contarlo. El hashtag invita a visibilizar y reflexionar sobre la
violencia ejercida contra las mujeres diariamente, a tomar partido para que cada vez
haya menos historias que lamentar.

Por: Valentina Sadir Curia

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