El videojuego del momento, Fortnite, pertenece a la categoría de “juego de supervivencia” y
de “mundo abierto”, y ha tomado una popularidad tal que hasta podría intentar opacar a
grandes lanzamientos de desarrolladoras de talle mundial.
El nuevo juego sensación fue lanzado en 2017 de la mano de Epic Games y People Can Fly, para
un rango limitado de plataformas (Microsoft Windows, macOS, PlayStation 4 y Xbox One).
Para Agosto de 2017, Fortnite había superado el millón de jugadores activos a escala mundial.
En 2018 lanzó un modo gratuito de juego, “Battle Royale”, que sobrepasó los diez millones de
jugadores apenas dos semanas después de su lanzamiento.
Fortnite es divertido tanto de ver como de jugar. Así, este “survival game” se ha ganado
fanáticos en todas partes del globo, ya sea por medio de experiencia propia del juego o a
través de YouTube, plataforma que permitió explorar la diversión de Fortnite sin poner las
manos sobre un control.
Este videojuego cuenta con dos distintos modos de juego, “Save the World” y “Battle Royal”,
que explotan detalles que ya habían hecho famosos y entretenidos otros juegos del género,
pero claro, a su propia y original manera. Elementos de shooters, sandboxes, y survivals
pueden encontrarse y se fusionan de una forma inteligente que siempre hace a una mejor
experiencia de juego.
La jugabilidad no fue el único aspecto clave para su éxito. El arte visual del juego y el
soundtrack, son partes fundamentales de la experiencia, y sumado a las dinámicas, con los
modos de juego y los ya famosos festejos al deshacerse de los contrincantes, llegan a hacer
que la experiencia Fortnite sea una introspección a los videojuegos más que interesante.
Todo lo que hace de Fortnite un gran juego, ha logrado que nuevos jugadores aparecieran en
escena. Así, aparece como medio para que más personas se suban al tren de los videojuegos,
y para que la comunidad gamer ya existente explote al máximo este nuevo clásico
contemporáneo.
Por: Pablo Facundo Valero

